Resulta muy obvio, casi inútil afirmar que estamos rodeados de sonido la mayor parte de nuestra vida. Sin embargo, este fenómeno, que bien conocemos, puede guardar más de una sorpresa que, tal vez, nunca imaginamos que podría tener.
Seguramente una de esas cosas inesperadas es, justamente, la definición de ''sonido''.
Este problema tiene su historia, y fueron muchos las personas y científicos que trataron de definir ''sonido''.
Las mayores precisiones en la definición surgieron a partir de la creación de instrumentos y artefactos que facilitaron la comprensión y estudio del fenómeno, dándose esto mayormente junto al avance de la era digital.
Hay que aclarar que la definición de sonido puede ser encarada desde varias ciencias, y cada una de ellas enfocará a la definición de sonido desde un distinto aspecto.
Alberto Williams, un músico argentino nacido por el año 1862, define a principios del siglo XX al sonido como ''Todo aquello que puede percibir el oído''. Algo parecido dijo Víctor de Ruberti.
Alberto Williams
Ahora bien, con los conocimientos y objetos presentes hoy en día podemos hablar de sonares que utilizan ultrasonido para detectar -por ejemplo- a qué altura se encuentra un barco respecto del fondo del mar. Asimismo seguramente habremos escuchado hablar de ''nebulizadores ultrasónicos'', y probablemente también habremos oído decir que los murciélagos son capaces de percibir frecuencias sonoras muy elevadas, inaudibles para los humanos.
Es preciso recordar que el ultrasonido es una oscilación que se propaga en un medio determinado cuya frecuencia está por encima del espectro audible del oído humano (aproximadamente 20.000 Hz), mientras que el infrasonido es una oscilación que se propaga en un medio determinado cuya frecuencia está por debajo del nivel mínimo audible por el oído humano (menor a 20 Hz).
Resulta, entonces, esta definición poco precisa y bastante antropocéntrica (centrada en el hombre), por lo que se hizo necesario buscar otra definición.
Es así como surge otra -mucho más moderna, por cierto- que dice que ''El sonido es cualquier fenómeno que involucre la propagación en forma de ondas elásticas (sean audibles o no), generalmente a través de un fluido (u otro medio elástico) que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo''.
Es importante aclarar también que, a pesar de que esta definición no lo exprese, el sonido es una onda mecánica (necesita de un medio material para propagarse -y éste también debe cumplir ciertos requisitos-) y a su vez longitudinal, dado que se propaga a través del medio en la misma dirección en la cual se efectúa la peturbación (que en este caso sería la oscilación de un cuerpo).
Representación de la creación y propagación de una onda mecánica longitudinal
Comparar las 2 definiciones origina muchas preguntas, seguramente la más básica de ellas es ''¿Cómo puede tener un mismo fenómeno dos definiciones tan distintas?''
La respuesta radica en el estudio del sonido, y, si hablamos de estudio del sonido, hablamos de acústica.
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